La vigorexia es un trastorno del comportamiento caracterizado por la preocupación obsesiva de conseguir un cuerpo musculoso. Afecta habitualmente a hombres de entre 18 a 35 años.
Suele denominarse también anorexia inversa, ya que tiene un efecto contrario a la anorexia en la persona. Si la anorexia normalmente distorsiona la percepción de tu figura haciéndote ver más gordo de lo que realmente eres, la vigorexia hace que te veas menos musculoso y delgado de lo que realmente estás. Por eso, el término de dismorfia muscular, ya que la percepción de la masa muscular del propio individuo no corresponde con la realidad.
Aunque cueste creerlo, afecta principalmente al sector masculino. De hecho, Rob Willson, presidente de la Fundación para el Trastorno de la Dismorfia Muscular en Reino Unido, afirma que este trastorno está en aumento, pero que muchos casos no son diagnosticados porque apenas existe conciencia sobre el problema.
Por ello, la intención de este artículo es concienciar sobre este grave problema, ya que afecta principalmente a la gente joven que realiza ejercicios de pesas en los gimnasios.
¿Qué podría indicarnos que una persona padece este trastorno?
– Realizar actividad física extenuante.
– Abandonar el puesto de trabajo, las relaciones sociales y las obligaciones familiares para entrenar.
– Mirarse al espejo constantemente.
– Abuso de sustancias anabólicas esteroideas para estimular el desarrollo muscular.
– Ansiedad y depresión constantes por no cumplir sus objetivos en cuanto al físico deseado.
Las personas más vulnerables a padecer vigorexia son aquellas que han sufrido acoso escolar o bulliyng por su aspecto físico durante la infancia. La probabilidad de que la padezcan es muy alta, ya que de esta forma creen conseguir el respeto o admiración de los demás.
Según Rob Willson, los hombres tienen una creciente presión sobre cómo debe ser su aspecto si quieren ser exitosos, poderosos y atractivos. Esta presión es causada por los medios de comunicación y se remonta a la era de oro del culturismo, en la década de los 70-80, cuando figuras carismáticas procedentes del mundo del fisicoculturismo implementaron en la sociedad el fuerte deseo de alcanzar cuerpos muy musculosos. Obviamente este mensaje lanzado por los medios de comunicación (revistas, televisión o internet) se ha ido difundiendo cada vez más por el desarrollo de la industria del fitness, la suplementación.
De hecho, Pardeep Bala relató lo siguiente a la BBC: «Mi historia es la clásica de quien ve a un tipo en una revista y quiere ser igual»
Consecuencias
Los resultados que se obtienen al padecer este trastorno son:
– Graves lesiones tendinosas y musculares, entre otras, derivadas de un abuso en el entrenamiento o de realizar actividad física en condiciones desfavorables para practicar deporte.
– Problemas graves de salud derivados del uso excesivo de anabolizantes y otras sustancias químicas.
– Ansiedad crónica.
– Disminución y/o pérdida de la autoestima.
– Alteración en las relaciones laborales, familiares y sociales.
– Falta de eficiencia en el trabajo.
– Depresióny en los casos más extremos incluso suicidio.
Tratamiento
¿Existe un tratamiento que ayude a reconducir el pensamiento de la persona que padece este trastorno obsesivo compulsivo?
Como toda afección psicológica, la vigorexia debe ser tratada por un profesional. Lo más recomendable es que la persona se someta a un tratamiento psicológico a largo plazo que la ayude a cambiar su forma de pensar por una realista y equilibrada frente al aspecto físico y la práctica de actividad física.
El apoyo de amigos y miembros de la familia es fundamental.
La vigorexia es un problema muy grave que debe tratarse para evitar que afecte gravemente a las personas. En la actualidad, cada vez más gimnasios incluyen entre los servicios que ofrecen a sus clientes, un grupo de apoyo psicológico para combatir esta creciente tendencia.
Desde el Instituto ISAF Esperamos que este artículo te ayude a conocer las consecuencias de padecer este grave problema y puedas compartirlo para el beneficio de los demás.