Porque no hay un solo cuerpo igual a otro, porque los objetivos de cada uno son
diferentes y porque, disponer de un entrenador personal, optimiza tus aptitudes y mejora tus capacidades mucho más allá de la realización de rutinas de ejercicios por tu cuenta, por más voluntad que le puedas echar.
Un profesional, cualificado después de realizar un curso de entrenador personal, es una figura de gran valor e inestimable ayuda para cualquiera que esté interesado en realizar ejercicio físico.
Es más, se podría decir que, en la mayoría de los casos, se convierte en el referente y piedra de toque para sus alumnos porque sus conocimientos y la forma de compartirlos con ellos ayudan a persistir en el camino y en la consecución final de sus objetivos.
Porque cuando se decide iniciar una rutina deportiva, cuando se da el paso, se cruza la puerta del gimnasio y se inicia una nueva etapa de práctica deportiva, es de vital importancia que haya alguien al otro lado, alguien preparado, alguien con formación deportiva de calidad que se convierta en asesor, referente y espejo.
Porque cuando por fin llega el primer día, y las ganas rebosan y el ánimo anda encendido y los objetivos son tan reales que casi sientes que podrías viajar en el tiempo, un salto y los consigues, cuando todo parece tan fácil aunque quede mucho camino por delante, es conveniente que alguien que te conoce y conoce tus debilidades y tus puntos fuertes y consigue equilibrarlos, este cerca, camine a tu lado.
Porque en el mismo kit en el que llevas el entusiasmo y la ilusión por conseguir tus objetivos deportivos al precio que haga falta, con el sudor necesario y la entrega precisa, en ese mismo kit, está incluida la otra cara de la moneda: el desánimo que si no se reconduce de forma natural, con aceptación; si no se convierte en el pequeño paso atrás que te ayuda a conocerte, a fortalecerte y a tomar impulso; si no se gestiona con profesionalidad, puede convertirse en causa de abandono. Y tú no te lo mereces, no después de toda esa energía que has puesto al servicio de tus metas.
Por eso es importante el entrenamiento personalizado, conclusión clara como el día, pero no es el único motivo.
Un entrenador personal no se va a ocupar solo de recogerte cuando se hayan pinchado tus ilusiones para ayudarte a poner un parche y seguir, no, su labor va mucho más allá, tanto que un profesional de entrenamiento personalizado es capaz de evitar que esa situación de desánimo llegue a producirse, ¿cómo? sencillamente poniendo a tu servicio su formación y conocimientos.
Me explico. Un entrenador personal va a diseñar para ti el entrenamiento personalizado ajustado a tus hechuras como el traje mejor cortado y cosido por manos expertas. No, no es muy probable que la idea de tirar la toalla pueda pasar por tu mente si respetas y sigues sus consejos, las rutinas, los tiempos, incluso las recomendaciones relativas a tu dieta.
La exigencia que tendrás contigo mismo será la que realmente puedas satisfacer. Nada de falsas ilusiones, nada de carreras meteóricas, nada de trucos o entrenamientos mágicos ni dietas milagrosas, solo tú, tu reto y esa persona que te conoce para ayudarte a alcanzarlo.
El entrenamiento personalizado te conecta con la realidad de forma clara, real y positiva. Te conecta de forma integral a través de tres factores esenciales, la salud, la forma física y los objetivos.
Estos tres factores se alternan constantemente y se interrelacionan y desdoblan en otros como los antecedentes individuales o las situaciones puntuales que, si bien no pertenecen al eje central, se integran perfectamente en el proceso.
Un entrenador personal con formación deportiva, sabe manejar estos factores y colocarlos en el punto exacto para mantener el equilibrio. En la base, la salud y después la forma física, la situación personal, los acontecimientos inesperados, etc.
Y todo esto hay que saber verlo desde fuera porque lo normal es que nuestra vida no sea lineal, lo normal es que se produzcan situaciones que nos sorprendan, que nos cambien la rutina o el horario, lo normal es que surjan cambios. Y hay que resetearse.
¿Y quién puede ayudarnos en ese proceso? Quien nos conoce, nuestro entrenador
personal que encontrará un nuevo camino equilibrado que evite que corramos el riesgo de forzar la máquina en exceso o quedar sumidos en un mar de dudas sobre nuestra capacidad, situaciones ambas que fácilmente podría conducirnos a la lesión, al abandono y al desánimo.
Un profesional del entrenamiento físico atenderá a nuestra capacidades, prioridades y metas y nos ofrecerá una mirada objetiva sobre ellas, la técnica, herramientas y estrategias imprescindibles para conseguirlas y los recursos necesarios para planes alternativos.