Desde principios del siglo XX nuestra sociedad ha experimentado la eclosión de un nuevo enfoque de trabajo corporal, tanto el realizado en la preparación deportiva como en el arte de la coreografía, la terapia o el desarrollo personal. Esta transformación ha sido posible gracias a la apertura de Occidente a las técnicas orientales, y especialmente al trabajo realizado por una generación de investigadores, los denominados Maestros de la postura:
Cuyas aportaciones han conseguido dejar atrás el enfoque dualista de la relación entre el ser humano y su cuerpo físico. En este campo es muy útil la experimentación subjetiva, que no disminuye en absoluto el rigor de la observación, sino que potencia en cambio la eficacia del objetivo experimental.
Las nuevas terapias posturales presentan las siguientes características comunes:
- Reintegración y continuidad de los diferentes segmentos corporales.
- Unificación de cuerpo y mente en una sola entidad.
- Conciencia del propio cuerpo a través del desarrollo de la propiocepción.
- Observación de la postura, el movimiento y las tensiones musculares.
- Análisis de los procesos emocionales ligados al cuerpo.
- Importancia de la respiración y la relajación.
- Importancia del alineamiento postural.
- Importancia del ritmo y la continuidad del movimiento.
- Respeto de las posturas naturales y fisiológicas.
- Búsqueda del bienestar y la mejora de la calidad de vida.
Entre los hallazgos más relevantes de los investigadores de la postura destaca la constatación de un fenómeno conocido hace tiempo por los fisiólogos del músculo, y es que los organismos animales poseen dos tipos de músculos esqueléticos:
- Músculos clónicos voluntarios, destinados a la realización de movimientos rápidos y cortos.
- Músculos tónicos, destinados al mantenimiento de la postura y a la realización de movimientos lentos y de larga duración. Estos músculos están poco sometidos al control de la voluntad, y poseen una gran capacidad energética. Su color es más rojo, debido a una mayor presencia de mioglobina, lo que permite el aporte de oxígeno necesario para trabajos de larga duración.
La recomendación de la educación gimnástica tradicional consistía en forzar la postura de manera voluntaria, obligando a los individuos, sobretodo a los niños, a enderezar su columna vertebral mediante la contracción de los músculos periféricos. Con este trabajo únicamente se consigue un endurecimiento perjudicial de estos músculos clónicos, pero no se refuerza la musculatura tónica, accesible sólo por vía refleja.
La actual concepción del trabajo postural entiende que el movimiento bien realizado debe tener su origen en la musculatura tónica de la zona del tronco, es decir, en el centro de energía descrito por Pilates. Este origen interior implica también una actitud de introspección, una tendencia a enfocar la atención hacia el propio cuerpo y dirigir la conciencia a través de él, tal y como se enseña en Yoga. Se trata de aplicar en todas nuestras acciones la concepción del ser humano como algo completo, integrando alma, mente, psique y cuerpo en una sola unidad.
El objetivo de esta búsqueda del ajuste perfecto del organismo a su entorno es permitir al ser humano vivir en plena posesión de todas sus posibilidades físicas, emocionales e intelectuales, es decir, alcanzar la Salud desde una visión global de la misma.
Para alcanzar este objetivo, las nuevas terapias posturales ofrecen recursos que han aportado nuevas posibilidades a los profesionales de la salud.
- A través de la propiocepción y de la percepción del ritmo obtenemos conocimiento y dominio de nosotros mismos y podemos mejorar nuestro esquema corporal. Para mejorar la propiocepción resulta útil visualizar mentalmente el croquis de nuestra anatomía y fisiología, lo que permite que las articulaciones, los músculos y los tendones envíen hacia el cerebro y el sistema nervioso central información acerca de:
- La posición de cada segmento corporal.
- La velocidad del movimiento
- La amplitud de movimiento
- La tensión muscular.
- La información aportada por los órganos de los sentidos también afecta a la postura, por lo que puede contribuir tanto a su distorsión como al restablecimiento de la postura correcta. Las investigaciones realizadas han constatado asimismo una interacción entre el tono muscular, la postura y las emociones.