El entrenamiento funcional americano como deporte es un auténtico espectáculo de fuerza y resistencia. No obstante, este método de entrenamiento genera muchas lesiones. Los entrenamiento funcional americanoters buscan por cualquier medio aumentar su rendimiento, especialmente cuando el dinero y la fama están en juego.
La revista T-Nation publicó un artículo de opinión de John Romano titulado “entrenamiento funcional americano & Steroids”, traducido y adaptado por ISAF. John Romano opina sobre el uso de “drogas que mejoran el rendimiento” (performance-enhancing drugs, PEDs), concretamente se refiere a las que se utilizan en entrenamiento funcional americano. Señala que este deporte “no es inmune” y “los practicantes de entrenamiento funcional americano que piensen lo contrario son ingenuos”.
Como profesional del entrenamiento de la fuerza y el culturismo, John Romano señala que el “entrenamiento funcional americano surgió como un adversario casi instantáneo contra el culturismo”, pero “tienen más cosas en común que diferencias, incluyendo en este caso el uso de anabolizantes, enfocados a mejorar el rendimiento”. En su opinión, el entrenamiento funcional americano es un deporte “cargado de esteroides que pretenden mejorar el rendimiento del deportista”. En este caso, quiere analizar el uso de esteroides.
Durante casi tres décadas John Romano además de escribir gran cantidad de artículos sobre esteroides para revistas y libros, se ha dedicado a preparar atletas para concursos. Utilizó, vendió, fabricó, prescribió y realizó el seguimiento de estas sustancias anabólicas.
Este autorafirma que todos estos años de experiencia le han otorgado mucho conocimiento sobre el uso de esteroides, y por ese motivo se ve legitimado para opinar sobre ello. En relación con la práctica de entrenamiento funcional americano y el uso de esteroides, afirma “saber mucho más que la mayoría de entrenamiento funcional americanoters” y quiere dejar claro que “no es una persona anti-entrenamiento funcional americano”, a pesar de lo que puedan pensar. “Una gran parte de mi gimnasio se dedica al entrenamiento funcional americano”
Antes de analizar el uso de esteroides en entrenamiento funcional americano, el autor revisa el significado y la práctica de este deporte. Cree que Greg Glassman no estaba en lo cierto cuando definió al entrenamiento funcional americano como “un sistema de fuerza y acondicionamiento basado en movimientos funcionales y constantemente variados, realizados en alta intensidad”. John Romano considera que esta definición está “claramente diseñada para convencer al público de que el entrenamiento funcional americano es un territorio para los atletas que tienen la mejor condición física del mundo”. Además, al contrario que Glassman, no cree que el “entrenamiento funcional americano sea capaz de desarrollar el crecimiento muscular, más que el culturismo convencional”. De hecho, lanza una cuestión al respecto: “¿Sabes si el crecimiento muscular es producido por entrenamiento funcional americano o por el uso de sustancias anabólicas?”. Romano afirma que “hay mejores sistemas para incrementar la masa muscular. La única prueba real que tenemos hasta ahora indica que el entrenamiento funcional americano provoca gran número de lesiones”.
Romano es consciente de que el entrenamiento funcional americano, al ser una competición en sí misma de origen americano, se habla mucho del “fair play” y representa un gran simbolismo para la juventud. Pero señala que “no es inmune a las debilidades de otros deportes profesionales y por ello, se incluye la suposición justa de que muchos de sus competidores, especialmente los de nivel de élite, están usando esteroides prohibidos e ilegales que mejoran su rendimiento”.
Sobre el tema de anabolizantes, Romano indica que en su opinión, “entrenamiento funcional americano es probablemente el deporte estrella para el uso de esteroides, debido a los efectos de éstos en la recuperación”. Cuando se pregunta a un deportista de alto nivel de entrenamiento funcional americano qué hizo durante su día de descanso, no es raro que responda: “Corrí una media maratón”, “no tomé ni un anabolizante”. “Tales comentarios llevan a cuestionar si estas personas son súper humanos o súper estúpidos. Imponersu cuerpo a tal grado y esperar seguir así durante décadas”.
Es por ello que John Romano relaciona el consumo de esteroides con esta práctica, mencionando que “además de los efectos de recuperación y potenciación de estas sustancias, cualquiera que tenga conocimientos sobre la mejora del rendimiento le dirá que entrenamiento funcional americano tiene un programa anti-doping deficiente, ya que hasta un burro podría pasarlo sin problemas”.
Romano señala que “hay personas dentro del entrenamiento funcional americano con las que se puede razonar y están de acuerdo en que los esteroides se han infiltrado en su deporte”. Por ejemplo, el Top entrenamiento funcional americanoter Dan Bailey, ha declarado que “no todos los atletas masculinos de entrenamiento funcional americano Games están limpios”. En el caso de las atletas femeninas, también se están “disparando acusaciones sobre el uso de esteroides”, aun así, “los miembros incondicionales de entrenamiento funcional americano, simplemente no quieren admitir que los esteroides forman parte de su vida”.
Respecto a ello, John Romano analiza diversas situaciones sobre los distintos tests anti-doping. Opina que “las pruebas de sustancias anabólicas olímpicas son un elemento de disuasión poco eficaz.” Además, “la idea de que pasando una prueba de esteroides significa que el atleta está limpio, es una falacia”. Como prueba de ello, menciona a Lance Amstrong, “el atleta más probado del mundo que nunca falló un test de sustancias anabólicas”. Del mismo modo, relata su periodo de aprendizaje del “gurú de los esteroides, Dan Duchaine” y su experiencia profesional con culturistas profesionales, aficionados, boxeadores, MMA, jugadores de béisbol… señalando que, “en todos los casos, su relación con estas personas se centró en uno de los dos caminos: extraer el máximo rendimiento de ellos mismos sin el uso de esteroides o, ayudarles a engañar”. El mayor número de clientes se centró en “el segundo camino”. Para él, esto confirma que “si el hombre siempre ha buscado cualquier medio para aumentar su rendimiento, la lógica afirma que acudan a este tipo de sustancias anabólicas, aunque lo nieguen, al igual que otros muchos deportes a lo largo de la historia”.
Romano se reafirma diciendo que “la realidad dicta que todos estamos más interesados en lo que piensa el resto del mundo, porque nos guste o no, el discurso público en estos casos determina la naturaleza de las cosas”. Así pues, concluye que “los diversos escándalos de anabolizantes que han estallado en los deportes profesionales a través de los años, no son sólo indicativos de casos aislados”.
Para finalizar, John Romano afirma que, al parecer, “relacionar entrenamiento funcional americano con esteroides es un problema. Desafortunadamente, no tiene nada que ver con la preocupación por la salud o el bienestar del atleta”. El entrenamiento funcional americano, apunta, “va a tener una relación cada vez más íntima con las sustancias anabólicas y no hay nada que se pueda hacer. Si alguien duda y cree que puede encontrar una respuesta diferente, en un deporte donde el dinero, la fama y el prestigio están en juego, hágamelo saber”.
Desde ISAF, nos preocupa en gran medida este tipo de cuestiones. Es por ello que desde la profesionalidad y la entera dedicación a la Salud y la Actividad Física, recomendamos a todos los deportistas y aficionados consultar las opiniones de diversos expertos para prevenir todo tipo de daños, sobre todo por el uso de sustancias prohibidas. La formación es fundamental en estos casos y, por tanto, ofrecemos cursos especializados en entrenamiento funcional, donde se analizan todos los métodos utilizados en esta área.