Mejorar tu capacidad de recuperación, aumentar tu rendimiento deportivo o retrasar la fatiga son algunos de los efectos que la suplementación con aminoácidos puede ayudar a conseguir. Pero, ¿estamos hablando de efectos milagro? ¿están comprobados científicamente?
En este artículo, aprenderás sobre el uso de los aminoácidos más conocidos dentro del sector deportivo y los verdaderos resultados obtenidos en estudios e investigaciones científicas. Los efectos milagro promocionados por grandes empresas de suplementación no existen por eso es fundamental que conozcas qué es lo más apto para ti como deportista.
¿Qué son los aminoácidos?
Los aminoácidos son moléculas orgánicas entre los que se encuentran las proteínas. Hay 22 tipos en total que, junto a sus diferentes combinaciones, componen la amplia variedad de proteínas que existen.
A su vez, pueden dividirse en dos grupos claramente diferenciados: los aminoácidos esenciales y los no esenciales. Los primeros, hay que obtenerlos a través de la alimentación y suplementación, ya que nuestro organismo no es capaz de sintetizarlos por sí mismo. En cambio, los segundos, si pueden ser sintetizados por nuestro organismo, pero solo en el caso de que tengamos aminoácidos esenciales suficientes.
La suplementación con aminoácidos
Los resultados de diversos estudios e investigaciones científicas indican que el uso de aminoácidos es efectivo para tu rendimiento deportivo, dependiendo del tipo de aminoácido que se utilice como suplemento.
Los suplementos con aminoácidos esenciales se crearon para que su uso evitara el posible déficit de este nutriente en la dieta. Se pretendía mejorar la síntesis proteica, favorecer el aumento de masa muscular, reducir el catabolismo y evitar la pérdida de masa muscular, sobre todo en épocas de pérdida de peso para reducir el porcentaje de grasa.
Sin embargo, los resultados de las investigaciones realizadas no han demostrado mejoras evidentes en todos los casos. Los resultados fueron muy variados: algunos sujetos notaron mejoría en la capacidad de recuperación pero otros, en cambio, no notaron ningún efecto. En casos aislados, se reflejó un leve descenso del rendimiento deportivo. En los sujetos vegetarianos o cuya dieta suponía un déficit en proteínas, puede ser más efectiva la suplementación pero no se asegura que mejore el rendimiento.
Los aminoácidos ramificados (Valina, Leucina e Isoleucina) suelen promocionarse y comercializarse de forma similar a los aminoácidos esenciales. Sin embargo, hay algunos matices en su uso como suplemento, ya que los aminoácidos ramificados están presentes en el músculo esquelético en un porcentaje más elevado que el resto de aminoácidos esenciales.
Se pensó que su uso podría mejorar la recuperación muscular y reducir el catabolismo proteico, así como favorecer la resíntesis proteica. Pero los resultados de las investigaciones fueron prácticamente los mismos que los aminoácidos esenciales. Aun así, su uso puede ser interesante en determinadas situaciones específicas, sobre todo en aquellas en las que nuestras necesidades proteicas son muy elevadas (fases de definición o pérdida de peso, déficit calórico, deportes de muy elevada intensidad o muy larga duración).
En cuanto a la glutamina, cuyo uso podría ser en sujetos vegetarianos o veganos, pues en períodos de alto estrés deportivo no suelen cubrir todas las necesidades de este aminoácido con su dieta.
Se han hecho estudios del uso de glutamina en diversos tipos de disciplinas deportivas, tanto de fuerza, como de resistencia. En disciplinas enfocadas a fuerza o la potencia como la halterofilia, el uso de glutamina no mejoró el rendimiento deportivo con respecto al uso del placebo (malto dextrina o zumo de fruta).
En cambio, en disciplinas de resistencia o ejercicio aeróbico prolongado sí que es estaría justificado su uso como suplemento. En estos casos, la glutamina puede servir como una ayuda para la recuperación de energía después del ejercicio exhaustivo.
El empleo de la glutamina en condiciones normales no cuenta con el respaldo científico suficiente ni con ningún beneficio extensible al ámbito deportivo. En caso de usarse, sería más efectiva en aquellos sujetos cuya dieta podría ser deficitaria en glutamina (veganos y vegetarianos) y en aquellas ocasiones en las que se incrementa mucho el volumen de entrenamiento sobretodo en deportes de resistencia.
Por último, la L-carnitina, que suele comercializarse como quemagrasas. Se considera que si se logra aumentar su cantidad en el organismo, este tendrá más capacidad para utilizar la grasa como sustrato energético y así favorecer la pérdida de tejido adiposo acumulado.
Sin duda, esto favorecería nuestro rendimiento deportivo en aquellas disciplinas de larga duración donde el sistema aeróbico está aportando mucha energía. La suplementación con L-Carnitina logró incrementar las cantidades de esta amina a nivel plasmático, pero no logró aumentar los niveles en los depósitos musculares. Así pues, de momento, la suplementación con L-Carnitina no ha conseguido lo esperado y por ello, no ha demostrado ser efectiva. Por este motivo, no se suele utilizar en deportistas de alto nivel.
La conclusión para el uso de aminoácidos como suplemento deportivo es que, dependiendo de las situaciones y estados, “puede” ayudarnos a mejorar. Pero la recomendación es siempre probarlos en períodos de preparación, nunca de competición, y así poder evaluar mejor sus resultados. Si nunca se han usado, no sería recomendable usarlo durante las competencias para evitar posibles efectos negativos.