En este articulo compartimos la teoría del fisioterapeuta Gray Cook que dice que el cuerpo humano se compone de partes móviles y estables, que se alternan durante el movimiento. Se sabe que el sistema nervioso regula las cadenas musculares que conforman nuestra estructura, en la cual cada articulación tiene una función específica, para poder generar fuerza de manera eficaz. Cuando una articulación no funciona correctamente esto producirá ciertas disfunciones que pueden ser predecibles, valoradas y corregidas.
Siguiendo con este pensamiento las articulaciones necesitan ser “estables o móviles” y estas funciones se alternan para la ejecución armónica de todos los movimientos del cuerpo humano. De esta manera, si analizamos articulación por articulación vemos que:
- El pie necesita una tendencia a la estabilidad, por tanto, podría beneficiarse de ejercicios de estabilidad y control motor.
- El tobillo tiene una tendencia a la rigidez, por lo tanto, podría beneficiarse de mayor cantidad de ejercicios de movilidad y flexibilidad. Esto es evidente en la tendencia común a la falta de flexión dorsal del mismo.
- La rodilla tiende a perder estabilidad, por lo tanto, podría beneficiarse de ejercicios de estabilidad y control motor. La tendencia a la inestabilidad de la rodilla es lo que lleva a las lesiones en la misma.
- La cadera tiene una tendencia a la rigidez y, por lo tanto, podría beneficiarse de ejercicios de movilidad y flexibilidad. Esto se hace evidente en las pruebas de rango de movimiento para la flexión, la rotación medial y lateral.
- La región lumbar y sacra tienden a perder estabilidad, por lo tanto, podrían beneficiarse de ejercicios que aporten estabilidad y control lumbo-pélvico. Esta región se encuentra en la encrucijada del estrés mecánico y la falta de control motor que a menudo es reemplazada por una rigidez en la zona como estrategia protectora.
- La región torácica tiene una tendencia a la rigidez, por lo tanto, podría beneficiarse de trabajos de movilidad y amplitud de movimiento. Los malos hábitos posturales pueden promover la rigidez de esta zona.
- Las regiones cervicales media y baja tienen tendencia a la falta de flexibilidad, por lo tanto, podrían beneficiarse de ejercicios que aporten estabilidad y control motor.
- La región cervical superior tiene una tendencia a la rigidez, por tanto, podría beneficiarse de trabajos de movilidad y flexibilidad.
- La región escapular del hombro tiene una tendencia a la falta de flexibilidad, por lo tanto, podría beneficiarse de trabajos orientados hacia la estabilidad y control motor.
- La articulación del hombro tiene una tendencia a la rigidez, en general, por tanto, podría beneficiarse de trabajos de amplitud de movimiento y flexibilidad.
Este enfoque plantea que hay ciertas articulaciones que necesitan ser más estables (mayor capacidad de resistir el movimiento, mayor control motor), mientras que otras deben ser más móviles (mayores rango de movimiento y flexibilidad) y que si alguna articulación no cumple bien su función las articulaciones más cercanas sufrirán las consecuencias. De esta manera, la pérdida de función en una articulación puede afectar a la articulación inmediatamente superior o inferior. Un ejemplo práctico lo podemos encontrar en la cadera; si esta articular pierde parte de sus función, en este caso movilidad, lo compensará la columna lumbar aumentando sus rangos de movimiento. Cuando la articulación que debe aportar movilidad, en este caso la cadera, pierde parte de ésta, o no aporta la movilidad suficiente, la articulación superior que debe aportar estabilidad (columna lumbar) debe compensarlo, por lo que pierde parte de su función primaria y en consecuencia puede provocar dolor y disfunción. Del mismo modo ocurre en el resto de segmentos articulares.
Bajo esta perspectiva, la respuesta ante el dolor o una eventual lesión deportiva no debería ser la de tratar el problema de manera local, puesto que la existencia de un problema en un núcleo articular puede derivar de problemas en otras zonas corporales.
Evidentemente esta visión no pretende explicar todas las lesiones o problemas de movimiento, pero sí puede ser útil como requisitos que deberían cumplir si queremos asegurar un funcionamiento normal de las articulaciones y evitar la mayoría de las descompensaciones más habituales. Esto nos sirve para observar y analizar el cuerpo humano en todo su conjunto, así como pensar más allá del área en la que estamos trabajando o tratando.