Formándote al más alto nivel para poder administrar la metodología individualizada en las áreas precisas y con la frecuencia necesaria para que la rehabilitación, después de una lesión, se lleve a cabo con la mayor solvencia posible y los mejores resultados.
Sí, sabemos que lo intuías.
Sabemos que sabías que la individualización del tratamiento es la clave, especialmente cuando se aplica el método Pilates para recuperar y favorecer la aceleración en la readaptación funcional tras una lesión.
De algún modo, todos esos conceptos estaban navegando por tu mente y ahora, al verlos ordenados, todo ha tomado forma.
No es lo mismo saber que el método Pilates conlleva resultados excelentes, tanto física como psicológicamente, y que su consolidación obedece a la respuesta espontánea, y a lo que venimos llamando “boca-oreja”, insisto, no es lo mismo que conocer su funcionamiento real en aplicaciones concretas.
Paseemos por el mundo de la teoría y las ideas para calentar, tomar carrerilla y dar el salto al mundo de la práctica, de la acción.
El método Pilates, por muy novedoso que nos pareciera hace veinte años, hace diez o hace cinco, llegó a nosotros convertido ya en un madurito interesante haciendo gala de experiencia y sabiduría para poner nuestro cuerpo y nuestra mente a punto.
Ojo al dato que el método Pilates nace hace más de cien años de la mano de una suerte de pionero en el entrenamiento personal que tomó la distancia necesaria y sobrevoló mentalmente su propio estado y, a partir de la experimentación consigo mismo, ideó el famoso método, llamado en primera instancia Contrología, conjugando el conocimiento de disciplinas tan variadas como podrían ser el culturismo, el yoga, el tahichi o el naturismo con el objetivo de conducir el cuerpo humano hacia un desarrollo uniforme en el que la vitalidad física armonizara con una mente fuerte y un espíritu elevado.
Actualmente, el método Pilates es conocido y valorado como un sistema enfocado al trabajo de la corrección postural como herramienta de un control preventivo y también de evolución postraumática para alcanzar un control de cuerpo que conduzca al bienestar físico y psicológico.
Hechas las presentaciones, ¿Te parece buena idea intimar un poco?
Como persona interesada en la formación deportiva hasta el punto de convertirla en tu forma de vida e incluso en tu forma de ganarte la vida, ya tienes muchos puntos en común con Joseph Pilates, Joe, como lo llaman sus seguidores más comprometidos. Nos tomaremos la libertad por aquello de que hemos decidido intimar un poco ¿te parece?
Y no va a ser la única libertad que nos tomaremos porque si, como dice la sabiduría popular, cada maestrillo dispone de la libertad de tener su librillo, cada instructor o instructora de Pilates no solo dispone de esa libertad, sino que es necesario que su formación y conocimientos, la consoliden y refuercen para poder aplicar en cada episodio de recuperación después de una lesión, los ejercicios y movimientos adecuados a cada caso, contemplando a cada paciente o cliente con la individualidad y exclusividad que permitirán un restablecimiento real y duradero, si se hace bien, de por vida. Casi nada.
Un monitor de Pilates dispuesto a asumir la responsabilidad, la vivencia y el éxito de un proceso de recuperación tras una lesión, precisa que sus conocimientos estén realmente afinados.
La formación necesaria para impartir Pilates ha de incluir la adquisición de conocimientos acerca de las lesiones más usuales, la adaptación del organismo a ellas y los efectos del ejercicio para el proceso de curación. Técnicas genéricas que precisan aplicación individualizada.
No lo olvides, cada caso es diferente y ha de ser tratado como tal y, para conseguirlo será prioritario un estudio previo del paciente que determine tanto su estado real como la metodología a aplicar, es decir, es necesario definir la lesión y su entorno y adaptar los objetivos del proceso individualizado.
Y la supervisión constante. Es necesario controlar la correcta ejecución de los ejercicios, como si se buscara un diez absoluto en una competición deportiva del más alto nivel. Tu cliente se juega mucho más que eso. Estas juntos jugando en otra liga.
A medida que avance el proceso, el abanico se irá abriendo y tú tendrás la capacidad para ofrecer nuevas herramientas, nuevas prácticas complementarias que colaboren y consoliden el proceso de recuperación.
¿Te das cuenta? Cuando empieces el tratamiento para recuperación de una lesión, estarás colocando los cimientos de una nueva estructura. Es cierto que proyectarás un eje central que lleve el proceso al objetivo deseado, tanto como lo es que, en ese inicio, desconocerás los caminos por los que discurrirá el tratamiento de recuperación.
Nada está escrito aunque el final esté definido.
De ti, de tu formación, compromiso y habilidad, dependerá que esa lesión desaparezca al mismo ritmo que se recupere la calidad de vida.
De manera que el círculo se cierra.
Quieres saber cómo puedes ayudar, como monitor de Pilates, en los procesos de recuperación de las lesiones, tienes la respuesta ante tus ojos y en el interior de tu mente: fórmate con los mejores y busca la mejor versión de ti mismo como profesional, el resto del camino se irá dibujando solo y tú serás el guía.