En los últimos años, el avance del rendimiento deportivo ha sido espectacular, sobre todo en las bases del entrenamiento deportivo. Con frecuencia se registran resultados que hasta hace poco eran inimaginables, y crece el número de deportistas capaces de superarlo. ¿Por qué se producen estas mejoras tan importantes? No existe una respuesta sencilla. Por un lado, el deporte es un fenómeno competitivo con un importante componente motivacional que ha estimulado la práctica de largas y duras horas de trabajo. Y, por otra parte, del soporte de especialistas del deporte y científicos. Actualmente existe una base de conocimientos sobre el deporte más desarrollada, que se refleja en los aspectos metodológicos del entrenamiento. Las ciencias han evolucionado pasando de ser empíricas a científicas.
La mayoría de los conocimientos científicos, ya sean derivados de la experiencia práctica o de la investigación, tienen como finalidad entender y mejorar los efectos del ejercicio sobre el organismo. El ejercicio es ahora el objeto principal de estudio de la ciencia del deporte. La investigación derivada de diversas ciencias enriquece la teoría y metodología del entrenamiento, la cual se ha transformado en una ciencia auxiliares (figura 1). El deportista es el sujeto de estudio de la ciencia del entrenamiento. Para el entrenador y el científico del deporte, el deportista representa una amplia fuente de información, para poder crear las bases del entrenamiento deportivo.
A lo largo del entrenamiento, el deportista reacciona frente a distintos estímulos, algunos de los cuales pueden predecirse con mayor seguridad que otros. Durante el proceso de entrenamiento se recoge información de tipo fisiológico, bioquímico, psicológico, social y metodológico. Esta variada información se obtiene del deportista y es generada por el proceso de entrenamiento. El entrenador, que diseña el plan de entrenamiento, puede no estar en situación de evaluarlo. Sin embargo, para entender la reacción del deportista a la calidad del entrenamiento y para planificar futuros programas se debe analizar toda la información que se origina en el proceso del entrenamiento. En este sentido, se comprende que sea necesario que el entrenador necesite un soporte científico. Este le permitirá basar sus programas en evaluaciones objetivas.
El ámbito de la teoría y metodología del entrenamiento es muy amplio. Los entrenadores mejorarán eficientemente sus tareas de entrenamiento si analizan con detalle la información disponible de cada ciencia. Las bases de este proceso complejo son los principios del entrenamiento. Al determinar sus factores, se clarificará el papel que juega cada sujeto en relación con las características de un deporte o evento.
En las bases del entrenamiento deportivo se deben incluir la regeneración y recuperación entre las sesiones de entrenamiento. Esto asegura una mejora constante del rendimiento del deportista.
El entrenamiento no es un descubrimiento reciente. En la antigüedad, la gente entrenaba sistemáticamente para tareas de tipo militar y los juegos olímpicos. Actualmente, los deportistas se entrenan y preparan con una finalidad concreta. El objetivo es la mejora de las funciones y la optimización del rendimiento deportivo. El principal ámbito de este tipo de entrenamiento es el aumento de la capacidad de trabajo físico y de la técnica del deportista, así como la adquisición de fuertes rasgos psicológicos. El entrenador lidera, organiza y planifica el entrenamiento y educa al deportista. En este proceso, se involucran muchas variables fisiológicas, psicológicas y sociológicas. El entrenamiento puede considerarse básicamente como una actividad deportiva sistemática y de larga duración, que se modula progresivamente y de forma individualizada. Las funciones fisiológicas y psicológicas se adaptan para compensar las demandas de las tareas practicadas.
Las pretensiones de alcanzar resultados importantes en las competiciones deben estar estrechamente relacionadas con una buena condición física y con las bases del entrenamiento deportivo. Los sujetos deben educarse para combinar armónicamente el sentido ético, los valores morales y la perfección física.
La perfección física se refiere a un desarrollo multilateral y armónico. El deportista aprende habilidades finas y variadas, cultiva elevadas cualidades psicológicas y mantiene una salud extremadamente buena. En los entrenamientos y la competición, el deportista aprende a enfrentarse a intensos estímulos estresantes. La condición física debería evolucionar mediante un programa de entrenamiento organizado y bien planificado basado en un elevado volumen de experiencia práctica.
Lo más importante de las tareas del entrenamiento para noveles y profesionales es la determinación de objetivos asequibles. Deben ser planificados en base a las habilidades individuales, a los rasgos psicológicos y al entorno social. Algunos deportistas desean ganar una competición o mejorar un resultado; otros tienen como finalidad el aprendizaje de una habilidad técnica o el mayor desarrollo de una capacidad física. Sea cual sea su objetivo, cada meta debe ser tan precisa y medible como sea posible. En cualquier plan de entrenamiento, corto o largo, antes de empezar a entrenar el deportista deben fijar sus metas. El término del plazo para conseguir el objetivo final será el día de la competición principal.